EL HILO DE LA VIDA

Espero

… hacerme mayor.

… un beso antes de ir a dormir.

… que esté listo el pastel.

… que deje de llover.

… el amor.

… volver a verla.

… la llegada de la primavera.

…

Un hilo color rojo, que tiene su inicio en la portada del ejemplar y recorre las páginas convertido en jersey, lazo, guirnalda o camino, guía la vista del lector por distintas ilustraciones en blanco y negro donde sólo sobresale este cordel y una escueta frase, que comienza con la palabra “Espero”.

Su propósito es invitar al lector a hacer un recorrido por la existencia humana siguiendo esas finas fibras rojas, de tal forma que la historia encerrada en estas breves frases se torna una rememoración de las instantáneas del pasado, llegando a colarse en ese huequito de difícil acceso del corazón, con vistas al recuerdo yen conexión directa con los buenos momentos.

Así, en un instante, el niño que al inicio está esperando un cuento antes de dormir, después, al hacerse mayor, anhela contemplar a la amada y que ella le dé el sí. A continuación, pasan a ser tres con un bebé, se apoderan de él las arrugas con el transcurso del tiempo, desea la vuelta de la primavera. Este niño pasa a ser cada uno de nosotros volviendo atrás, tras haber descubierto que, como dicen algunos, “La vida es una novela que siempre acaba mal: muere el protagonista”. Por ello, somos capaces de reconocer que habrá momentos en lo que no lleguemos a esperar nada y todo se reducirá al simple inicio.

Un libro atemporal, ganador del Premio Baobab al mejor álbum ilustrado de 2005. Un libro para todas las edades, un regalo para siempre. Escritura desatada, desgarrada en sentimientos: “Sigue el hilo de la vida…”