UN KOALA LLAMADO CANÚ

Esta es la historia de un koala llamado Canú. Ocurrió en 1763. En aquella época las personas no los cazaban ni los mataban como hoy en día.

A simple vista Canú parecía un koala cualquiera de Australia, colgado de una rama viendo pasar las horas de sol; pero cuando llegaba la noche jugaba a que era un avestruz.

Canú tenía un sueño y ese era ser un avestruz. Él nunca había visto uno, pero un día su amiga Kirica, un ave anciana y chismosa, le contó que las había visto y lo dejó tan maravillado por lo que hacían y cómo eran que él quería ser igual.

Sus padres, preocupados por la actitud de su hijo, le pedían por favor que no jugase más a eso, que no hiciera más hoyos en el suelo y metiera la cabeza dentro, que no se pusiera cañas en las patas para ser más alto...Pero Canú se negaba una y otra vez, así hasta sesenta veces.

Un día de verano por la mañana, Canú se dirigía a beber agua al río cuando de repente lo deslumbró una guapísima koala. Corriendo le preguntó a Kirika quién era y ella le contestó que se acababa de mudar, que se llamaba Michicha.

Canú se enamoró perdidamente, pero no sabía cómo actuar o qué decirle, así que le pidió consejo a Kirika y ella le dijo:

— Sólo te diré una cosa, Canú. Ella está orgullosa de ser una koala y nunca querrá nada contigo si sigues pensando en ser un avestruz.

Canú le dio la razón y nunca más volvió a pensar en eso. Michicha y Canú se casaron y tuvieron koalitas y fueron muy felices.