SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


abril de 2008

número 1
ISSN: 1988-9607
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ENTREVISTA A JOAQUÍN PÉREZ AZAÚSTRE

Ana Castro, Nieves Marín y Lisset Boza
Alumnas de 2º Bachillerato

P: Ya que has mencionado el tema económico, Juan José Millás dice en una de sus obras que “ganarse la vida” es vulgar. ¿Tú qué opinas?

R: ¿Juan José Millás dice que ganarse la vida es vulgar? (risas). Yo escribo porque me gusta escribir pero soy un hombre de acción. Por ejemplo, yo no sería comentarista deportivo, sería periodista, al igual que no sería nunca crítico literario, sino que sería escritor, y, de hecho, lo soy. Me gusta la acción y preferiría ser político a ser periodista. Prefiero hacer las cosas y arriesgarme a equivocarme. La vida no la hacen quienes opinan sobre los otros, sino quienes actúan. Yo prefiero fracasar, aunque sea un fracaso absoluto, a quedarme criticando a los que actúan, a los que lo intentan.

P: ¿Es la escritura también una actividad de acción?

R: Para mí sí lo es. Cuando uno escribe algo, se está exponiendo a lo que opinen los demás. En este sentido, no es igual al periodismo, que caduca al día siguiente, sino que los libros de poemas, las novelas, permanecen por un tiempo. El miedo a lo que opinen los demás existe y el que escribe y publica se arriesga, por supuesto, a que la gente lo critique constantemente.

P: ¿Es cierto que todavía para triunfar en las artes hay que irse a Madrid?

R: No lo sé. Sí creo que Córdoba es una ciudad que tiene a veces especial dificultad para reconocer los méritos de sus hijos; es como una madre exigente y castrante. Por eso, a veces, parece que necesitas venir desde fuera con los deberes hechos para que te reconozca el mérito. En realidad, España es así, no es cosa sólo de Córdoba. En ese sentido, somos un poco catetos. Eso en Francia, por ejemplo, no pasa, donde el escritor o cineasta no necesita triunfar fuera para merecer la buena consideración de la opinión pública. Sin embargo, en España tenemos ese complejo de que lo que nos viene refrenado desde fuera se tiene más en cuenta. También es cierto que un escritor necesita ver el mundo. Esto está bien para venir con cincuenta años, pasear a los nietos, morir aquí, pero en Córdoba no hay acción. ¿Qué tiene Madrid? Madrid, como cualquier gran ciudad, tiene gentes de todas las razas. Vivimos en la “era Erasmus” en la que el mundo se ha vuelto más pequeño y un escritor tiene que contar lo que sucede en el mundo. ¿Qué vas a contar desde aquí?

P: Has participado en algunas ocasiones en la Muestra de Narrativa desde el Aula de la Diputación de Córdoba. ¿Qué te impulsa a participar en actos de este tipo? ¿Te aportan algo a nivel personal?

R: ¡Me encanta! Me aporta muchísimo a nivel personal. Tener la oportunidad de charlar con jóvenes interesados por la literatura, que sienten lo que escriben. Por eso, cuando hablan de la juventud, de la adolescencia, que en términos institucionales, al menos, acaba a los treinta y cinco años, yo os pongo siempre como ejemplo: chavales que leen, que escriben, que son estupendos… Para mí es importante: ver la ilusión que tenía yo en ellos… A mí eso me impulsa a continuar adelante.

P: ¿Volverás a participar este año?

R: Sí, este año me han vuelto a llamar. Y mientras lo continúen haciendo, pienso aceptar porque es muy enriquecedor tener un expositor de jóvenes que te dicen lo que piensan, lo que sienten, y además de una manera tan desnuda.


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