SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


abril de 2009

número 2
ISSN: 1988-9607
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PLANETAS, EXPOPLANETAS Y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS

Para conmemorar el 400 aniversario del uso astronómico del telescopio por Galileo, la Unión Astronómica Internacional y la UNESCO han declarado a 2009 Año Internacional de la Astronomía con objeto de impulsar el conocimiento y la divulgación de esta ciencia.

Jesús Melero
Profesor/Departamento de Biología y Geología

Un poco de historia

Desde la Paideia helenística (el sistema educativo de la cultura clásica greco-latina), y durante más de quince siglos, el conocimiento que se enseñaba y aprendía se estructuraba en dos grupos de materias: el Trivium, integrado por la gramática, la retórica y la dialéctica-lógica, y el Quadrivium, formado por la aritmética, geometría, música y astronomía.

Hasta el siglo XVII la Astronomía se ocupaba del estudio de los “astros” = objetos celestes (estrellas, cometas, planetas, satélites, etc.). Pero fundamentalmente, de las estrellas y de las constelaciones, que permanecían fijas en la bóveda celeste y que, se suponía, giraba alrededor de la Tierra. Galileo y Kepler, y más tarde Newton, entre los siglos XVII y XVIII descubren las leyes de la mecánica de los planetas. La palabra planeta, de origen griego, significaba errante, vagabundo, porque eran astros que no permanecían fijos; se movían en la bóveda celeste siguiendo unas trayectorias extrañas.

Hasta la llegada de la Era Espacial, a mediados del siglo XX, los planetas solo se podían observar y estudiar difícilmente, mediante telescopios muy limitados. Por eso el Quadrivium dejó de tener sentido, al menos en lo referente a la Astronomía, de la que se conocía poco más que en la Antigüedad, aunque sí se sabía ya que los planetas giraban alrededor del Sol en unas órbitas conocidas. La llamada “Carrera espacial” fue una competición tecnológica y militar entre las dos grandes superpotencias: Rusia y Estados Unidos. Comenzó en 1957 con el lanzamiento del Sputnik 1 y duró hasta el ocaso de la “Guerra fría” al final de los 80. Una competición que resultó enormemente provechosa para la ciencia.

Mientras los científicos teóricos y experimentales se debatían perfilando la teoría planetesimal indagando sobre el origen del sistema solar en base a cálculos matemáticos detallados de las órbitas y a estudios geoquímicos de meteoritos y cometas, los ingenieros y físicos no paraban de crear nuevos cohetes, satélites y sondas planetarias para explorar los astros más desconocidos, los más cercanos: el sistema solar. Los mayores éxitos fueron:

- Las sondas Venera y Mariner, que consiguieron en los 70 sobrevolar Mercurio y Venus y “aterrizar” en Venus, obteniendo fotografías y analizando muestras de rocas y de sus atmósferas.

- Mariner 4 sobrevoló Marte en 1965, siendo sustituida después por las sondas Viking.

- El programa Apollo, permitió que doce seres humanos pisaran la Luna entre 1969 y 1972, obteniendo tanta información, que aún no se ha terminado de descifrar.

- Las sondas Pionner y Voyager a finales de los 70 y en la década de los 80, exploraron los planetas exteriores: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y muchas de sus lunas y anillos.

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El astronauta Harrison Schmitt recolectando muestras lunares. Apollo 17, diciembre 1972


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