PACO IBÁÑEZ EN EL OLYMPIA, CUARENTA AÑOS DESPUÉS

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El 2 de diciembre de este año se cumplirán 40 años del recital de poesía y música que protagonizó en el Teatro Olympia de París el cantautor español Paco Ibáñez.

Paco Ibáñez había nacido en Valencia en 1934, y pasó su infancia y su juventud en el exilio, al ser su padre un destacado militante anarquista. De 1956 data su primera adaptación musical de un poema: se trata de la letrilla de Góngora «La más bella niña». Y aunque a lo largo de su extensa vida con la música y la poesía ha grabado discos con canciones propias o de otros, su especialidad, lo que lo ha hecho ser más conocido, son sus versiones cantadas de poetas españoles (o de lengua española) de todos los tiempos a los que él mismo ha puesto música.

El concierto del 2 de diciembre de 1969, que fue grabado en directo, es todo un referente no sólo poético o musical, sino también ideológico y político, de la generación marcada por los acontecimientos de mayo de 1968 en París, y también de la generación posterior, la de quienes en esas fechas estábamos empezando a asomarnos al entrañable balcón de la adolescencia -se me llena el alma de alegría al recordarlo- desde las aulas del instituto Séneca. A nosotros, desde luego, llegó un poco tarde el disco y su mensaje, pero nos ayudó a entender acontecimientos que cuando ocurrieron no pudimos entender: en parte porque nuestra edad nos lo impedía y en parte, también, porque las circunstancias de aquella España no eran las más propicias a la libertad y la transparencia.

Quizá por esto mismo convenga recordar -o decir de primeras a los jóvenes de hoy- que en 1968 mandaba en España («mandaba», no «gobernaba») el régimen de Franco; que en mayo de ese año una revuelta iniciada por estudiantes en la Universidad parisina de la Sorbona, a causa de un motivo trivial, puso casi en pie de guerra a Francia y a Europa, aunque no se recuerda tanto que, una vez terminado el jaleo, las elecciones en Francia dieron a la derecha de De Gaulle la victoria más abrumadora de su historia (si bien el propio general dimitió en 1969 al perder un referéndum).

Un año antes, en 1967, en una operación antiguerrillera en Bolivia, había sido muerto Ernesto Che Guevara, uno de los líderes de la revolución comunista de Cuba de 1959, con lo que comenzó su hasta ahora irresistible ascensión a los altares de la progresía más convencional, en la que por cierto sigue todavía a pesar de ser un perfecto desconocido para la mayoría de quienes suelen lucir banderas, gorras o camisetas con su efigie.

El 4 de abril del mítico año 1968 había muerto asesinado en Memphis el líder de los derechos humanos Martin Luther King. El 6 de junio, también bajo las balas asesinas pero esta vez en Los Ángeles, perdió la vida Robert Kennedy, hermano de John Kennedy, el presidente asesinado a su vez en 1963; en el momento de su muerte, Robert era un serio aspirante a la presidencia estadounidense. Y, sobre todo, en el verano de ese año 1968, exactamente el 20 de agosto, la invasión de los tanques de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia demostró mediante los hechos, con la invasión de Checoslovaquia, lo que realmente era el comunismo, provocando en algunos sectores de la izquierda europea -sectores entonces, todo hay que decirlo, bastante minoritarios- su correspondiente «caída del caballo». Curiosamente, lo más importante que pasó en España en 1968 -Spain was different- fue que Massiel, con la canción « La, la, la » que Joan Manuel Serrat se había negado a cantar en castellano (pretendía cantarla en catalán y, claro, el régimen de Franco no aceptó), ganó el festival de Eurovisión (por cierto, con los votos decisivos de Yugoslavia, un país en la órbita comunista, aunque un tanto a su manera).

Ironías del calendario: Massiel (que luego se las daría de socialista) ganó Eurovisión para la España de Franco el 6 de abril, tan sólo dos días después de la muerte de Luther King. Spain was different, of course.

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