SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


abril de 2009

número 2
ISSN: 1988-9607
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EL POEMA "IF" DE RUDYARD KIPLING

Mónica de la Fuente Cañete
Profesora de Inglés




If you can keep your head when all about you


Are losing theirs and blaming it on you;


If you can trust yourself when all men doubt you,


But make allowance for their doubting too;


If you can wait and not be tired by waiting,


Or, being lied about, don’t deal in lies,


Or, being hated, don’t give way to hating,


And yet don’t look too good, nor talk too wise;


 


If you can dream - and not make dreams your master;


If you can think - and not make thoughts your aim;


If you can meet with triumph and disaster


And treat those two impostors just the same;


If you can bear to hear the truth you’ve spoken


Twisted by knaves to make a trap for fools,


Or watch the things you gave your life to broken,


And stoop and build ’em up with worn out tools;


 


If you can make one heap of all your winnings


And risk it on one turn of pitch-and-toss,


And lose, and start again at your beginnings


And never breath a word about your loss;


If you can force your heart and nerve and sinew


To serve your turn long after they are gone,


And so hold on when there is nothing in you


Except the Will which says to them: "Hold on";


 


If you can talk with crowds and keep your virtue,


Or walk with kings - nor lose the common touch;


If neither foes nor loving friends can hurt you;


If all men count with you, but none too much;


If you can fill the unforgiving minute


With sixty seconds’ worth of distance run -


Yours is the Earth and everything that’s in it,


And - which is more - you’ll be a Man my son!


Ver traducción en español [1]


Seguro que todos hemos oído hablar del famoso Libro de la selva. Pero, ¿quién dio origen a este famoso relato de un niño criado salvaje, rodeado de animales que hablan, piensan y sienten como el ser humano? ¿No sientes curiosidad por saber quién es uno de los responsables de tus risas y tus buenos ratos de la niñez? ¿Nunca te lo has preguntado? Para saberlo, tendrías que viajar a la India, en la época de las colonias, cuando Inglaterra casi dominaba el mundo. Allí se habían instalado sus padres, procedentes de Inglaterra, y allí nació Kipling. Y aunque pronto fue enviado a Europa para estudiar, siempre consideró la India como su verdadero hogar y su PATRIA. De ella dijo:



Mother of Cities to me,


For I was born in her gate,


Between the palms and the sea,


Where the world-end steamers wait


Tanto amó a la India, que la mayoría de sus relatos cortos –-los que le hicieron famoso— se desarrollan allí. Y, por ello, llegó a ser considerado como el cronista de la época del imperialismo, al que defendió hasta el final, soñando con crear en el mundo una “pax británica”, un mundo bajo la órbita de Londres que traería el orden y la paz. A través de esos relatos aparentemente para niños, supo reflejar el estilo de vida de las colonias en el siglo XIX.

Pero, si hay una creación que destaca en la obra de Kipling, esa es el poema “If”, que se ha convertido en uno de los más representativos de la poesía escrita en inglés. ¿Qué nos cuenta este poema? ¿Qué quiere transmitirnos? Es obvio que no trata sino de animarnos a ser fuerte y a luchar en el camino de la vida, que no debemos descorazonarnos ni sentirnos desanimados ante los obstáculos que se nos presentarán en ese camino, sino, al contrario, éstos deben hacernos más fuertes. Sólo así llegaremos al final, sólo así alcanzaremos la felicidad y nos haremos “hombres”. Saber encontrar el punto justo entre el bien y el mal, entre el corazón y la razón, es la clave para andar el camino.

[1

Si la obra de tu vida puedes ver destrozada
y sin decir palabra, volverla a comenzar;
o perder en un día la ganancia de ciento
sin un gesto ni un suspiro...
 
Si puedes ser amante y no estar loco de amor,
si consigues ser fuerte sin dejar de ser tierno,
y sintiéndote odiado, sin odiar a tu vez,
luchar y defenderte...
 
Si puedes soportar que falseen tus palabras
los pícaros para excitar a los tontos:
y oír cómo sus lenguas falaces te calumnian
sin que tú mismo mientas...
 
Si puedes seguir digno aunque seas popular;
si consigues ser pueblo y dar consejo a los reyes;
y a todos tus amigos amar como a un hermano
sin que ninguno te absorba...
 
Si sabes meditar, observar, conocer,
sin llegar a ser nunca destructor o escéptico;
soñar, mas no dejar que el sueño te domine;
pensar, sin ser sólo un pensador...
 
Si puedes ser severo sin llegar a la cólera;
si puedes ser audaz sin pecar de imprudente;
si consigues ser bueno y logras ser un sabio
sin ser moral ni pedante...
 
Si alcanzas el triunfo después de la derrota
y acoges con igual calma esas dos mentiras;
si puedes conservar tu valor, tu cabeza
cuando la pierdan otros...
 
Entonces, los Reyes, los Dioses, la Suerte y la Victoria
serán ya para siempre tus sumisos esclavos
y, lo que vale más que la Gloria y los Reyes:
serás Hombre, hijo mío.


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