SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


abril de 2009

número 2
ISSN: 1988-9607
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ENTREVISTA A MARÍA ROSAL

Son las cuatro de la tarde y llegamos al despacho de María Rosal en la Facultad de Ciencias de la Educación. Nos recibe con simpatía y cordialidad, a pesar de la hora y del esfuerzo especial que le ha supuesto hacernos un hueco en su repleta jornada de trabajo. Enseguida empezamos a hablar de literatura y de otros muchos temas, con tanta naturalidad que el tiempo se nos pasa sin darnos cuenta.

Lucía López, Nieves Marín, Ángela García e Irene Sánchez
Alumnas de 1º y 2º de bachillerato
Coordinación: Mª Dolores Ansio



— En su poesía se sirve tanto del verso libre como de los esquemas clásicos como el soneto, ¿es el contenido del mensaje poético el que “exige” el metro apropiado?

Creo que el verso libre es el vehículo para expresar el mundo contemporáneo. Es el modo de expresión que prefiero. Cuando he usado el soneto u otras formas clásicas ha sido como juego, como ejercicio, como divertimento… incluso como parodia.

— ¿En qué momentos siente la “chispa poética”?, ¿o no existe?

La chispa poética puede surgir en cualquier momento o en cualquier lugar. A mí me encanta y me divierte. Aunque si esa chispa no es muy fuerte o no insiste mucho no me pongo a escribir. Pero si escribo, me ocurre como en el bolero (“Si tú me dices ven, lo dejo todo”). Me ha pasado muchas veces cuando estoy escribiendo, que se me pasa el tiempo volando y se me olvida la realidad.

— Ha sido calificada en ocasiones de “posmoderna”, ¿qué significa para usted ese calificativo?

Algunos críticos se han referido así a mi poesía, por lo que tiene de máscara autobiográfica e incluso el tratamiento irónico del erotismo.

— El sentido del humor se percibe en su obra, es decir, el pensamiento divergente que mueve a la ironía o a la sonrisa…, ¿es importante para usted?

Siempre me gustó el humor en la literatura. La ironía en mis poemas no sólo tiene la función de provocar una sonrisa, sino que también actúa como interpelación al lector, el encuentro con el lector cómplice.

— ¿Cree que existe literatura “andaluza”? ¿Y literatura “femenina o de mujeres”?

Tendríamos que hablar de literatura española o en castellano. Lo que ocurre es que la aportación de los autores y autoras andaluzas es muy importante en cuanto a cantidad y calidad. En cuanto al otro tema, me gusta hablar de literatura escrita por mujeres, que es múltiple y plural como la de los hombres. Lo que sí creo que están aportando muchas mujeres hoy en día es la construcción de nuevos sujetos líricos alejados de posturas patriarcales reduccionistas y pretéritas. Hay una gran valentía y dosis de subversión en la poesía escrita por mujeres en los últimos treinta años.

— Nómbrenos varios poetas actuales a los que admire.

Pablo García Baena, Vicente Núñez, Cristina Peri Rossi,

— ¿Es necesaria la poesía?

Y más en los tiempos que corren.

— ¿Sin ritmo hay poesía?

Cuando leo poesía sin ritmo, me suena a mala traducción.

— En sus poemas se percibe una gran fuerza expresiva, frescura, atrevimiento…, ¿le ha costado mucho alcanzar una “voz propia”?

Mucha gente que me ha leído dice reconocer una voz con la que me identifican. A mí lo que me gusta es investigar en diferentes registros. La búsqueda de la voz, es la búsqueda de las voces. Por eso he escrito libros tan diferentes en cuanto al tono y la intención como pueden ser Discurso del método y Otra vez Bartleby.

— Ha recibido muchos e importantes premios, ¿se siente reconocida en el panorama literario actual?

Sí. Yo no tengo ninguna queja. Quizás haya poetas que no tengan una profesión de la que vivir y estén continuamente buscando un hueco para que les proporcionen recitales o colaboraciones. Yo vivo de mi trabajo como profesora, esa es mi actividad principal y en los huecos que me deja libres disfruto mucho escribiendo o participando en recitales, mesas redondas, conferencias. Pero primero está mi profesión.

— ¿Es necesaria una sólida formación literaria para ser un buen escritor o escritora?

A mí me parece imprescindible. Y sobre todo hay que leer mucho, bueno y variado. Y no sólo poesía, el ensayo es fundamental. Es como la comida, si no te alimentas, no hay músculo.


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