LA MALMUERTA

Seguro que todos conocemos y hemos visto alguna vez la Torre de la Malmuerta, pero puede que no todos conozcan una de las leyendas que circulan en torno al edificio.

Cuentan que ocurrió a principios del siglo XV, en nuestra querida ciudad: Córdoba, y que fue un suceso que causó mucho alboroto entre todos los vecinos.

Todo comienza en la familia de los Marqueses de Villaseca, a la que pertenecía el protagonista de la leyenda, y que era muy celoso y desconfiado. Estaba casado con una mujer muy bella a la que todos admiraban, y que tenía por nombre doña Beatriz.

El Marqués, como era tan receloso, siempre sospechaba de toda compañía que tuviera su esposa, aun sabiendo todo el mundo lo fiel y obediente que era la mujer. Pero un día, el marido de ella llegó a la casa por el mediodía, como acostumbraba a hacer, y no la encontró esperándole como siempre junto a la puerta. Enseguida la rabia se apoderó de él, y cuando vio llegar a doña Beatriz, sin dejarle mediar palabra, la mató hundiendo su espada en su inocente y bello pecho. Cuando calló al suelo, mojó sus dedos en su propia sangre, para después santiguarse y fallecer. Todo ello mientras que el Marqués la observaba primero con ira, luego con tristeza, y finalmente con horror y remordimientos.

El hombre, presa del espanto, se presentó ante el mismísimo Rey para reconocer sus hechos y su desvarío. El Rey le perdonó la vida, pero le mandó como condena levantar una torre en un ángulo de la muralla un tanto débil en la defensa de la ciudad. Le dijo exactamente:

"—Edificarás la torre y cuando la termines, morirás en ella."

Fue por ello por lo que tardó tanto en construir la torre que llamó de la Malmuerta, en recuerdo de su esposa doña Beatriz, que de tan mala forma y suerte había fallecido.