EL MISMO CAMINO

El mismo camino que nos ha visto crecer, es aquél que nos une y nos separa; cada día que pasa mi “Yo” cambia, se divisa un rededor distinto al del ayer, ya no son las mismas personas de siempre, los mismos lugares los que son sentidos bajo mis pies, ni las mismas opiniones las que mi mente recorre.

Pero aún quedan en mi memoria recuerdos y palabras que no quedaron exiliadas en un pasado y aún permanecen inalterables, intactos, esos recuerdos que merece la pena rememorar, ésos que nunca cansan al ser contados, ésos que causan en el alma sollozos, ésos que a través de un sonriente pensamiento alegran el rostro del que los cuenta, esas imágenes que siempre estarán presentes en nuestra vida…

Recuerdos como tardes de las que nunca estaré arrepentida de haber vivido, amaneceres, besos, caricias, juegos, promesas…,ésas que se hicieron un día y no se cumplieron, promesas que dejaron de serlo en cuanto crecimos.

Una vez prometí junto al mar que nunca cambiaría, y aquellas olas ahogaron mis palabras…; pero ahora, en estos momentos de mi vida, me doy cuenta de que quizás haya crecido. Aunque la niña que un día jugaba y corría en un mundo feliz y alegre sigue presente en mi interior, ahora disfrazada de madurez, rodeada de un mundo fatal y prometiendo lo imposible.

Hoy sueño que vuelvo a recorrer el mismo camino de mi infancia, aquellos recuerdos que ahora me atan a estar aquí escribiendo estas palabras, porque todos crecen y cambian, pero la infancia de cada uno siempre queda intacta, intacta en los pensamientos, en el alma, en el corazón…