febrero de 2012
número 4
Basilio Sánchez
Poeta
Parece una ciudad dentro de otra ciudad.Detrás de los cristales,los reflejos, la fantasmagoríade las luces, el desordende su amontonamiento sobre lo que hasta ahorasolo era real,diluyen los contornos y confunden las formas de las cosas,convierten los objetos en representacionesde una iconografía inconsistente;llevan a la mirada, al pensamiento mismo,al espacio intuitivo de lo insignificante,al lugar sin apoyo del poema.No es la milagrería de los sueños,sino el recinto humilde de las incertidumbresy las perplejidades,de los aturdimientos y el consuelo:el orden desvalido, amenazadoen su naturaleza por el simpletranscurso de las horas, de un paisaje moral.Desprovistas ahora de sentido,balbucientes de nuevo,las palabrascomienzan a buscarse unas a otras,trazan itinerarios, prueban vínculos,ensayan posiciones;husmean entre las sílabas de los derrumbamientos,entre lo que ha quedado de las desmanteladastrastiendas del lenguaje.Puertas que ni se abren ni se cierran,un tramo de escaleraque conduce al azogue de un espejocon encajes de óxido, fachadas que se asomana los escaparates o que se desvanecentras el vidrio mojado de un vehículo,voces atenuadas,sombras solas;siluetas que abandonan el mundo deslizándoseentre los contraluces,a las que les robamos, en el último instante,un ademán apenas, un gesto indiscernible,el horizonte humano e inhumanode una sed momentánea.Inédito
Las imágenes provienen del catálogo de la exposición Fernando Zóbel, Fundación Juan March, 1984.
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