SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


febrero de 2012

número 4
ISSN: 1988-9607
·
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Poesía para niños de 4 a 120 años (Antología de autores contemporáneos)

Rocío Fernández Berrocal
Profesora de Lengua y Literatura

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Ilustración con Calíope, musa de la Poesía

Autores:Jesús Cotta, José Mª Jurado y Javier Sánchez Menéndez
Editorial:Isla de Siltolá
Año de edición:2010
Lugar de edición:Sevilla
ISBN:978-84-15039-38-9
256 páginas

La editorial Isla de Siltolá ha editado una magnífica y completa antología de versos -algunos inéditos- de muchos de los mejores poetas vivos de nuestro país para reflejar, según afirman los antólogos, que "la madurez del poeta está en su regreso a la infancia" y acercar la poesía a los más pequeños y al público en general desde la sencillez formal y conceptual y con el propósito -desde la emoción, limpieza y autenticidad- de "enseñar que el lenguaje es una fuente de belleza y de disfrute", en palabras de Javier Sánchez Menéndez, director de la editorial.

Sin concesiones al infantilismo, innecesario para llegar a la “inmensa minoría” de los niños y lectores, la obra parte de las reflexiones de Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca para demostrar que el niño puede entender de forma natural lo que comprenden los mayores. Como escribió el poeta de Moguer en el “Prologuillo al niño al hombre” de Poesía en prosa y verso escogida para los niños por Zenobia Camprubí, "no importa que el niño no lo entienda, no lo comprenda todo. Basta que se tome del sentimiento profundo, que se contajie del acento, como se llena de la frescura del agua corriente, del color del sol y la fragancia de los árboles (...) La naturaleza no sabe ocultar nada al niño; él tomará aquello que le convenga, lo que comprenda. Pues lo mismo la poesía".

Ante los interrogantes de si el libro Platero y yo se había escrito para niños o mayores, Juan Ramón Jiménez lo aclaró en el prólogo de la segunda edición de la obra con una afirmación que sustenta el espíritu de esta antología:

Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que a todos se les ocurren. También habrá excepciones para hombres y para mujeres, etc.

Se explica en el prólogo que cuando a Federico García Lorca le preguntaban algunos lectores qué había querido decir en tal poema con tal imagen que se les antojaba absurda o incomprensible, él respondía: “Los niños lo entienden, pero los mayores no".

Esta antología es realmente un libro de poesía oportuno y necesario y resulta idóneo para acercar al alumno -y a los profesores- al pulso de la poesía española actual de forma cercana y amena. La brillante nómina de primeros espadas de la poesía que esta antología convoca son, entre otros, Pablo García Baena, José Jiménez Lozano, Aquilino Duque, María Victoria Atencia, Antonio Carvajal, Antonio Colinas, Miguel D’Ors, Fernando Ortiz, Eloy Sánchez Rosillo, Luis Alberto de Cuenca, Javier Salvago, Julio Martínez Mesanza, Ana Rossetti, Felipe Benítez Reyes, Juan Bonilla, Enrique García-Máiquez, José Julio Cabanillas, Rafael Adolfo Téllez… y nuevas voces que se van dando a conocer gracias a las publicaciones de La Isla de Siltolá como Tomás Rodríguez Reyes, Ángel Mendoza, Olga Bernad, Juan Antonio González Romano, Jesús Cotta y José María Jurado.

El título de la obra, Poemas para niños de 4 a 120 años, va dirigido a todos los niños de espíritu, a los que quieren seguir aprendiendo y creciendo desde la ilusión, la pureza y la capacidad de sorpresa. Es un libro que permite también a los mayores que, por determinadas circunstancias, no han leído mucha poesía anteriormente o, en concreto, la poesía que se está escribiendo hoy, acercarse a todos estos poetas a través de sus poemas más cercanos y asequibles, sencillos y profundos.

El entrañable prólogo escrito por los antólogos resulta muy edificante para todo tipo de lectores pero, muy especialmente, para educadores:

Nunca se es lo bastante grande para dejar de ser niño. El poeta vuelve a la infancia en su etapa de madurez y se hace niño (…). No dejamos de ser niños para leer poesía (…). Si ponemos la semilla del poema en el corazón del niño, le habremos regalado al hombre un salvoconducto para abordar las afrentas de la vida (…). La poesía se crea para el lector pero sin la edad del lector, para contribuir a la grandeza de la literatura (…). No hay un tiempo mejor para la rima y el verso que el tiempo de la infancia, toda ella ritmo y armonía en desarrollo.

El libro es un paseo gozoso por la buena poesía. Al leerlo comprobamos la reflexión que Javier Sánchez Menéndez hizo en una ocasión sobre la lectura: “Leer es vivir. Cada libro nos enseña que la vida y los sueños están en él”. Seleccionamos unos fragmentos de vida y sueños incluidos entre estas páginas que nos dan idea del amplio abanico temático que en ellas se encuentran:

El abuelo era blanco; conocía
dos cuevas y sabía seguir huellas de lobo.
La abuela era menuda y tibia como un nido:
jugábamos a pájaros con ella (…).

Miguel D’Ors.

Aquel niño fantasioso,
¿dónde aprendió su canción?
En la soledad de asombro
y ensueño de su balcón.

Fernando Ortiz

Volveremos a vernos donde siempre es de día
y los feos son guapos y eternamente jóvenes,
donde los poderosos no abusan de los débiles
y cuelgan de los árboles juguetes y tebeos.
>/poesie>
Luis Alberto de Cuenca
Me hice un siete y voy perdiendo
cuanto tengo de valor.
Acércate, Poesía,
y cóseme el corazón.

Víctor Jiménez

Los ladrones de padres se disfrazan de tenis,
de trabajo y amigos, de Internet y gestiones (…).

Jesús Cotta

(…) Sobre la colcha de boda de sus padres,
recuerda, por amor, que es poeta,
olvida, por amor, que eres mortal.

Juan Cobo Wilkins

La obra presenta en su portada -en una magnífica ilustración del artista Pablo Pámpano- a Calíope, diosa de la Elocuencia y musa de la Poesía, y, en su interior, originales fotos de los antólogos en un tiovivo fantástico y atemporal de Antonio del Junco.


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