febrero de 2012
número 4
Mª Dolores Ansio Aguilera
Profesora de Lengua Castellana y Literatura
Fabliau del encuentro
Y abriría la puerta y tú estarías allí,como el árbol, sin saberlo.Y diría palabras que no son mármol,ni tampoco melancolía.Y de ti quedaría, como en el vaso,el olor de la rosa,sus pestañas profundas de belleza abisalcomo las esmeraldas,el fulgor de lejanas estrellas que como aguarelumbran y seducen.Dicen que no puede ser más, vibrar de palmas,ojos, susurrar de yerba,pero basta un dardo, no hay defensa,lo demás es solo saberque tú puedes llamas y sol y cáliz de pétalosen el calor de la noche.Toma en tu casco toda la luna que puedas,hasta el beso,y oscurece, oscurece tu lenguaje.Y de ti quedaría, como en el vaso, no laspalabras, sino el olor de la rosa.
De Syrtes, 1972
Piscina
Con un ligero impulso la palanca palpita,y el desnudo se goza un instante en el aire,para astillar después en vibraciones verdesel oro y el azul y la espuma que canta.Desciendes un momento. Y riela en los visosdel cristal transparente el fuego que galopaentre las ramas verdes, y es túnicade seda que amorosa recoge la selva de tu cuerpo.Te detienes y nadas. El fondo es tu capricho.Como un solaz de algas que amase tu cabellote complaces en verte por grutas submarinas.Y al regresar al sol, nos miras en la orilla,mientras, toda codicias sexuales, el aguadeseosa, se goza solitaria en tu cintura.
De El viaje a Bizancio, 1976
Un arte de vida
Vivir sin hacer nada. Cuidar lo que no importa,tu corbata de tarde, la carta que le escribesa un amigo, la opinión sobre un lienzo, que dirásen la charla, pero que no tendrás el torpe gustode pretender escrita. Beber, que es un placer efímero.Amar el sol y desear veranos, y el inviernolentísimo que invita a la nostalgia (¿de dóndeesa nostalgia?). Salir todas las noches, arreglarteel foulard con cariño esmerado ante el espejo,embriagarte en belleza cuanto puedas, perseguiry anhelar jóvenes cuerpos, llanuras prodigiosas,todo el mundo que cabe en tanta euritmia.Dejar de amanecida tan fantásticos lechos,y olerte las manos mientras buscas taxi, gozandoen la memoria, porque hablan de vellos y deliciasy escondidos lugares, y perfumes sin nombre,dulces como los cuerpos. ¡Qué frío amanecer entonces,qué triste es, qué bello! Las sábanas te acogerándespués un tanto yermas, y esperarás el sueño.Del día que vendrá no sabes nada. (No consultasoráculos). Te quemarán hastíos y emociones,tertulias y bellezas, las rosas de un banquetesuntuario, y las viejas callejas, donde se sientetodo, en el verano, como un aroma intenso.Vivir sin hacer nada. Cuidar lo que no importa.Y si todo va mal, si al final todo es duro,como Verlaine, saber ser el rey de un palacio de invierno.
De Hymnica, 1979
Mucho más triste que la muerte odiosa
Amante de la Muerte, enamorado felizdel único reposo que habita en este mundo:¡Sal, sal fuera, huye, escapa para siempre!¿Cómo perseverar un año más? Es muy duroel camino, y no me gusta nada este universo.Porque amo, y la mano parpadea en el aire.Deseo, y el ansia no se transforma en cuerpos rubios.Y caen mis párpados, porque no soy felizapenas nunca, y pesa extrañamente la melancolía.Yo huiría de aquí, no me veríais nunca,gritaría ¡fuego!, ¡fuego! Y cerrando el telónme pondría un vestido verde, como de escamasde otro mundo. Porque he querido ser un reyque cena antes de la guillotina; un frívologalán bajo un baile de arañas, y un hermosomuchacho cuya vida es de amor y de lujo.Pero ninguno he sido. Es muy arduo vivir.Y ningún futuro (ninguno) es elegante o digno.
De Huir del invierno, 1981
¿QUÉ SABES DE LA NOCHE, CENTINELA?
Tú que aspirabas a vivir continua diferencia,hallaste que sus ojos hermosos no eran aventura.Y oíste las mismas palabras, evocación de la ebriedadcon idénticos gestos, el culmen del mundo cifradoen esa consecución de vasos y de droga barata...¿Hablas de la caducidad? La alegría salvaje,la gloria primitiva, son verdad sólo en su primer momento.Recorriste solitario algunas calles desiertas,recordando: en el lugar más alto estará lo que quiero.Y a ti que te ha encendido la belleza del mundo,te sumergiste entero entre lampos de fresa y titilar de oro.Hablar del esplendor es vano intento. Mas cada cualse anubla en el de al lado, y se pierde la hogueraen anónimo fuego: la belleza aquí se repetía.¿Qué busco yo, dijiste, con un vaso en la mano?Participar de un cuerpo cuya entidad se esconde.Sonaban las botellas entre las luces tibias.El repetido alcohol de casi seis estaciones recorridas.¿Adónde mirar? ¿Y hacia dónde mis ojos?Tampoco anhelo añil amanecer junto a una carnerubia, que dormirá en sus flores intocada y morbosa.Sinuosas cintas de innumerables barras,trasiego de palabras gastadas por la lija,y el vidrio que me impide coger lo que o sé si quiero.No es Nadie el nombre del que corre entre la sombra,ni Odiseo el que repta entre siete cubículos.Uno sólo es su nombre. Llamadme ya Mendigo.
De La muerte únicamente, 1984
MAGIA EN VERANO
Me recreo ante tu cuerpo como ante un paisajeimprevisto. Me sorprende verte en la desnudez juvenil,y ansío recorrerlo, como una anhelada geografía.Me ves pensando en la umbría vegetal de algunasgrutas, o en el agua del muslo donde brillan las venas.Me perderé en un bosque que cruzo con mis manos,y pediré una larga estepa donde los labios hablen.Me ves sorprendido, anonadado, pensando en habitarte.Y tú, mientras, te abandonas al cálido primor del aire.Te dejas en la luz, que te navega; y si miro tus ojosvuelvo al jardín oscuro donde es verano el verde.Te miro otra vez y casi no te creo posible. Fulges,encantas, guarda tu cuerpo el hechizo insabido de la tierra.Y despacio sonríes al irme yo acercando, atónito,hacia ti mientras el sol nos cubre con su luz, nos desdibuja,y nos va metiendo en la calma inmensa y rubia de la tarde.
De Afrodita mercenaria, 1998
MADRUGADA EN MADRID
Gran Vía noche arriba, florece la heroína en traje negro.En las miradas sientes agujas sucias, pensiones de miseria,ojos buscando no sabrías si tumba u otro cuerpo.Tanta delgadez lunar florece en la Gran Vía,tanto temblor de manos, tanta ruina de infección y hambruna,manchas cutáneas, acaso, sidosos fantasmas que murieron,temor a casi todo, mientras la leche cae del tetrabric abierto,como ese último sueño de aferrarse a una norma...Escuchas pillar algo. Hay un dolor tan denso subiendola Gran Vía, la enfermedad vagando, aliada del sexo,y aquel muchacho en pantalones cortos, sucios, la chica revestidade huesos esqueléticos, dirías silicóticos peones gaseados.La Gran Vía nocturna es un hondo pasillo de antracita,y hay cuartos por detrás de agonizantes solos, sollozos y rateros.Bajo las casas nobles de principio de siglo -polvorientas-africanos y yonquis, navajas, viejas putas,jovencitos oscuros, jeringuillas, travestís y camelloscantan la gloria opaca, la cochambre sin letra de este fin de milenio [macilento.
De Marginados, 1993
AMOR EN TIEMPOS SOMBRÍOS
Eran años de estudio. Sabía muchos de linguales.y palatales en eólico clásico. Mucho de Clemente alejandrinoy Juan de la lengua de oro... Densos, afilados estudios...Por eso ahora -al atardecer- abandonaba los viejoslibros e iba a las cuevas de billares de rock,antros de cerveza y sortijas de plata, botas rudas,y pelo cortado hasta un extremo paramilitar...Primero le miraron asustados e irónicos, luegovagamente agradecidos: ¿Qué te ha dicho el marchoso?Miraba el juego y ensoñaba. Imaginaba lo que nunca,imposiblemente sería suyo. Hablaban lenguasdistintas, sintaxis descoyuntadas, pronunciaciones violentas.Salvajes cálidos de un ritmo con pastillas y mais.Miraba la vida que no era su vida, sino vivir muy puro.Por eso dijo una tarde: Quiero que me acompañes,Bur, y puedes ganarte quince talegos.Y enrojeció su pelo en lo hondo del parque.Y le tiznó el cuerpo desnudado de verde.Y con un spray le aguzó el pene incandescente.Grita, Bur, grita y salta. Grita como si fuesesa matar a alguien, corriendo entre los árboles...Era una imagen dorada en el ocaso, una imagenjoven de carne salvaje y de sangre limpia.Por la noche, solo en la libresca cueva,el maestro escribió en griego ptolemaico:Vió al sátiro. Vió al nictálope sátiro.Soñó en la ebria edad de Pan, libérrima.algún día matará. Y fenecerá este mundo, extenuado.
De Asuntos de delirio, 1996
Me busqué y me rebusqué a mí mismo (Heráclito)
¿No has pensado en que todo atardezca?¿O no está para ti ya atardecido todo?Oscuridad que surca las calles y los montes,olas de un mar frío, bajo filos de luna...¿Este combate es la vida? ¿La espesuray la lanza, los ponientes de bruma, el todoscontra todos, mientras pájaros sonríen y silbanlas serpientes, rocas granates en un poniente frío?¡Qué importaría el fin de todo, tan absurdoy tan bello, como el adolescente que acaba con su vida!Solo veo sombras y cansancio y muerte.Sueño con un viaje infinito, un cómodo viajeen un avión sin ruta, seminconsciente, sin puerto ni motivo...Contra el odio, se nutre el corazón en lejanía.
De Desequilibrios, 2004
ISSN: 1988-9607 | Redacción | www.iesseneca.net |