SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


febrero de 2012

número 4
ISSN: 1988-9607
·
Versión para imprimir de este documento Versión imprimir

CAMINANDO ENTRE TINIEBLAS

Lola Sierra Cano
Alumna de 1º de Bachillerato

La vida es aprendizaje

Desde que nacemos hasta que morimos, estamos adquiriendo nuevos conocimientos y, aunque en la Antigüedad esto se hacía gustosamente por el mero hecho de conocer, hoy día sólo nos mueve el deseo de obtener lo antes posible un trabajo, único punto claro y común para todos.

Todo lo que hacemos está destinado a conseguir un trabajo, aunque este no sea prestigioso (como ser abogado o ingeniero). Planeamos hasta el más mínimo detalle hasta llegar a donde queremos ir ( nuestra independencia económica a través de un empleo), tomamos decisiones y optamos por seguir una rama del conocimiento en lugar de otra, ajenos a la posibilidad de encontrarnos, a la hora de la verdad, con un portazo en las narices porque nadie quiera nuestros servicios. No obstante, en ese caso, perseveramos.

Pero, ¿qué ocurre cuando no hay trabajo ni para nosotros, ni para ninguno de nuestros compañeros? ¿Qué ocurre cuando estamos estudiando, perdiendo los mejores días de nuestra adolescencia, y juventud, para lograr ser los mejores y trabajar lo antes posible y vemos que el mundo a nuestro alrededor se desmorona?
Simplemente, que el miedo, la rabia y la frustración acampan en nosotros. Miramos a todos lados, buscando algo de esperanza, y todo lo que hallamos es pesimismo. ¿Y qué idea cruza en ese momento nuestra mente? «¿Qué hago estudiando si cuando termine no habrá nada en que trabajar? ¿Para qué seguir aprendiendo cosas si no van a servirme?»

No es que trabajar sea la tarea más placentera del mundo, es que sencillamente se trata de algo que tenemos que hacer porque eso es lo que nos toca, es nuestra parte del plan que nos lleva a la libertad económica, al no depender de nadie y decidir por nosotros mismos; pero si no podemos hacerlo, si dependemos de nuestros padres incluso cuando se supone que no debería ser así, el trabajo casi parece una necesidad vital.

A pesar de todo el paro que nos rodea, no apreciamos ningún cambio. El empleo, al igual que el dinero, no crece en los árboles y parece que nadie se preocupa por erradicar esa tremenda lacra.

La incertidumbre es tal, que un grupo de personas ha decidido salir a la calle a exigir la llave de sus vidas, que en estos momentos parece estar cada vez más lejos de ellos. Pero tras semanas de noches en vela en una plaza atestada de gente preocupada, al igual que ellos, se retiran sin saber si sus voces han sido escuchadas, lo cual aumenta aún más el pesimismo de las personas que ahora tenemos que decidir qué queremos ser en un futuro.

No es solo que tal vez tengamos que salir del país en busca de trabajo, es que fuera la situación es similar, y por más que se intenta ser positivo la realidad nos golpea cada mañana al escuchar la radio, o en cada comida al ver las noticias; lo que no contribuye a mejorar el rendimiento escolar ni el deseo de crecer.


Arriba
ISSN: 1988-9607 | Redacción | www.iesseneca.net