Desarrollo incontrolado y desarrollo sostenible

El desarrollo incontrolado tiene como objetivo mantener un continuo crecimiento económico, aumentando año tras año el Producto Interior Bruto (PIB). Para este modelo de desarrollo, el PIB refleja el nivel de desarrollo de una nación. Así, por ejemplo, se busca la máxima producción a través de la explotación ilimitada de los recursos.

Este desarrollo es el que se ha seguido desde la Revolución Industrial. A partir de ella, tanto la extracción de recursos como la población mundial han ido aumentando a ritmo creciente. Esta situación ha creado una expansión sin límites que ha alimentado un ansia de consumo y un concepto de desarrollo sinónimo de riqueza y consumo.

Este modelo de desarrollo es insostenible ya que los recursos naturales son limitados. Su extracción y uso indiscriminado conduce a una situación de escasez y agotamiento. También es insostenible porque es muy injusto y nada solidario que un 20% de la población mundial disponga del 80 % de la riqueza del planeta, mientras que la mayoría de la humanidad es pobre. Los países pobres se ven obligados a explotar, sin control ni medida, sus recursos naturales para venderlos a los países ricos, que consienten y fomentan este comportamiento. La mala distribución de la riqueza acaba generando problemas sociales y económicos en los países pobres y también en los ricos; problemas que se podrían arreglar, en algunos casos, siendo más solidarios (en el sentido más amplio) los países ricos.

Las consecuencias posibles son perjudiciales para el medio ambiente debido a una excesiva contaminación atmosférica procedente del humo de los vehículos y fábricas, a la degradación de los recursos renovables, a la acumulación de desechos, a la pérdida de la biodiversidad, a la deforestación, al incremento del efecto invernadero, a la destrucción de la capa de ozono, al cambio climático,... También acabarán por extinguirse los recursos no renovables debido a su excesiva utilización y por lo tanto, habrá que sustituirlos por otros recursos renovables que cumplan las mismas funciones.

El desarrollo sostenible, contrario al incontrolado, considera que el problema de la humanidad es la alteración global de los ecosistemas, y viene a demostrar la incompatibilidad de los planteamientos actuales de producción-consumo, con los presupuestos de sostenibilidad. Según este planteamiento de desarrollo, se tienen que conseguir a la vez estos dos objetivos:
1. Satisfacer las necesidades del presente, fomentando una actividad económica que suministre los bienes necesarios a toda la población mundial.
2. Satisfacer las necesidades del futuro, reduciendo al mínimo los efectos negativos de la actividad económica, tanto en el consumo de recursos como en la generación de residuos, de tal forma que sean soportables por las próximas generaciones. Cuando nuestra actuación supone costos futuros inevitables, por ejemplo, la explotación de minerales no renovables, se deben buscar formas de compensar totalmente el efecto negativo que se está produciendo, como el desarrollo de nuevas tecnologías que sustituyan el recurso gastado.

Yo creo que las líneas generales de actuación de la sociedad deberían optar por el modelo de desarrollo sostenible y seguir estas directrices:
 Utilizar el transporte público o la bicicleta para desplazarse por las ciudades en vez del coche o motocicleta.
 Consumir recursos renovables en la medida de lo posible en vez de recursos no renovables.
 Preservar y aumentar las medidas de protección de los ecosistemas.
 Promover un desarrollo integral (económico, social y cultural) de la humanidad, sobre todo de las personas marginadas debido a la pobreza.
 Aplicar las tres “reglas de Daly” y los ocho objetivos del Milenio y cumplirlos.
 Emplear una agricultura ecológica.
 Promover una educación ambiental.
 Conservación y restauración de la cubierta vegetal natural y mejora de las masas forestales.
 Luchar por la conservación y recuperación de la diversidad biológica, especialmente en lo que se refiere a especies amenazadas y sus hábitats.
 Apostar por la protección y conservación del paisaje y los recursos culturales de cualquier ciudad o pueblo.
 Corrección hidrológica.
 Gestión de residuos ganaderos.
 Tratamiento de aguas residuales.
 Tratamiento de vertederos incontrolados.
 Reforestación de tierras agrícolas.
 Aplicar restricciones y sanciones por parte de los gobiernos en la cantidad de dióxido de carbono expulsada por parte de las fábricas e industrias a la atmósfera.