junio de 2015
número 5
Versión imprimirNOS HUNDÍAMOS
Texto escrito en clase como una pregunta más en la prueba de lectura de Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez.
Belén Paniagua Alberca
Alumna de 4º de ESO C
El oleaje comenzaba a aumentar su intensidad por segundos, mientras yo me reafirmaba en que viajar en ese crucero era la peor elección que había tomado en mucho tiempo.
Apenas podía mantener el equilibrio en el pequeño camarote que me había tocado, cuando unas aterradoras sirenas comenzaron a sonar. Unos segundos después todo fueron gritos y sollozos. Alguien aporreaba la puerta pero yo no podía abrir. No podía moverme. Nos hundíamos.
De repente, todo mi cuerpo se convirtió en un amasijo de piernas, músculos y huesos, que intentaban huir de allí. Mi cerebro me decía que era tarde, pero mis piernas se negaban a creerlo.
Por unos escasos segundos, fue todo silencio.
El silencio estalló y con él también mis pulmones. Notaba cómo me ahogaba al tiempo que obligaba a mi cerebro a no perder la conciencia.
Tras lo que pareció un interminable minuto, conseguí liberarme del amasijo de muebles rotos en el que estaba metida. Ahí comenzó una súbita carrera por llegar a la superficie. Mis piernas no respondían, mis pulmones ardían y mis pensamientos se ralentizaban. No obstante, lo logré. Con una gran bocanada de aire reactivé mi cuerpo y entonces lo supe.
Era un náufrago a la deriva.
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