mayo de 2019
Número 7
Versión imprimirMEMORIAL DE FRONTERA
Balbina Prior Barbarroja
Con Memorial de frontera he pretendido un merecido homenaje a México por la acogida de exiliados españoles, que lucharon por la libertad. Sin pedir nada a cambio, a través de su presidente Lázaro Cárdenas cursaron una invitación para paliar el enorme sufrimiento por el que estaban pasando numerosos republicanos durante la guerra civil española, que en su mayoría estuvieron recluidos en los campos de concentración de Francia y necesitaban una salida honrosa. Uno de los barcos que salvaría a 307 familias, el Sinaia, significó una ayuda providencial para muchos compatriotas que huían de la guerra, las represalias, tan presentes en todas las comunidades humanas, y la persecución dictatorial. Siempre he creído que no se ha reconocido suficientemente esta labor a México, que hoy se debate entre la presión emigratoria a los Estados Unidos y la inmigatoria de contener a otros estados sureños. En mis poemas desde siempre ha encontrado un lugar destacado la emigración, así como los transhumantes modernos y los sin raíces. No en vano muchos lo somos, inmersos en la salida de tus orígenes y de tu patria hacia esos territorios de nadie, las fronteras, cable asfixiante de ahorcado que rodea fastuosas naciones.
“Nuestra vida es un diario aprendizaje de la muerte”
Octavio Paz
El fecundo vientre de este país hoy embargado
por las luces tudescas de medianoche,
y la sangre del azteca insigne
cumplieron con su diario aprendizaje,
pero no te lo hemos sabido agradecer lo suficiente,
patria de acogida,
pues cabe todo en tus milenarias tierras,
trenzas de niña, obreros de ancha mirada,
poetas de invertido orgullo,
charros con su corbata de rebozo,
y pieles de terciopelo y ceniza.
Amemos los caminos y evitemos las fronteras,
limpio porvenir descamisado,
donde el otro lado siempre envanece.
Nos afanamos por servirte y sólo
conseguimos altos muros iluminados,
la fútil y callada ensenada del horizonte,
que golpea en tus sienes,
simple nudo marinero, vahído de sueños.
Sabemos dónde la certeza alcanza
y no sé si has olvidado el pasado,
conocí a mexicanos en los márgenes de USA,
pero creo que ningún imperio te concedió tregua
como para que compongas en tu águila
unos colores con tanta pólvora de dicha.
Opacos grises igualmente me ciegan,
háblame de aquellos desventurados,
que en tus calles de levantisco pavimento
encontraron solaz acre a la derrota.
Verdor en la lejanía,
Sinaia en las sombras.
Anàhuac, también tú eres América.
Balbina Prior
| ISSN: 1988-9607 | Redacción | www.iesseneca.net |