abril de 2009
número 2
José María de la Torre García
Profesor de Lengua Castellana y Literatura
POEMAS EN ESPAÑOL EN LA OBRA DE JUAN DE AGUILAR DE SACROSANCTAE VIRGINIS MONTIS ACUTI TRANSLATIONE ET MIRACULIS PANEGYRIS [1]
0. INTRODUCCIÓN
En la obra del humanista ruteño Juan de Aguilar De Sacrosanctae Virginis Montis Acuti translatione et miraculis panegyris [2] , descubierta hace poco tiempo, leemos en sus preliminares seis poemas escritos en español por los componentes de la escuela antequerano-granadina, correspondientes, respectivamente, a Luis Martín de la Plaza (1), L. Valdivieso de Burgos (1), Alonso de Aguilar (1), hermano del profesor de latinidad, Agustín de Tejada Páez (2) y Juan Bautista de Mesa (1). Es cierto que el poema de L. Martín de la Plaza y los del doctor A. de Tejada Páez figuran, aunque con algunas significativas variantes, en el
Cancionero Antequerano recopilado por Ignacio de Toledo y Godoy en 1627-1628 . [3] De los poemas de los tres restantes autores no tenemos noticia de que hayan visto la luz en otras obras. Así, por poner un ejemplo ilustrativo, a la hora de abordar el estudio de la obra de senectud de Juan Bautista de Mesa, Juan Bautista Martínez Bennecker [4] declara taxativamente: “Once composiciones conforman el legado poético del autor antequerano” (2008:235). Y después especifica: “Su obra conocida está constituida por ocho sonetos, un madrigal, una canción y un romance” (2008:238 [5]). De cualquier forma, a esos once textos hay que agregar este otro que reza en la obra aguilariana. Asimismo, con el descubrimiento de De Sacrosanctae Virginis…, podemos despejar las incógnitas o conjeturas que se han venido vertiendo sobre la autoría del poema de Luis Martín de la Plaza que se encuentra en el Cancionero Antequerano. Dicho poema es un soneto que el poeta antequerano-granadino le dedica a Juan de Aguilar en su “Panegírico de Nuestra Señora de Monteagudo”. Dámaso Alonso, al referirse al poema, en su edición del Cancionero Antequerano escribe sobre su autoría: “Anónimo. Probablemente, Luis Martín de la Plaza” [6]. Sin embargo, un poco para guardarse las espaldas, apunta con anterioridad: “[...] Comenzamos con éste la impresión de una larga sucesión de sonetos de Luis Martín (números 17-33). En todos ellos aparece o el nombre o la indicación “del mismo” (que por cadena va a dar a Luis Martín), salvo en los números 19 y 32 (núms. 65 y 240, y 97 del ms.), que no llevan indicación de autor. Sucede que los núms. 66 y 241 y también el 98 (del ms.) vuelven a dar la indicación “del mismo”, reanudándose la serie. Todo parece indicar, pues, que se puede con seguridad dar toda la serie 17-33 como de Luis Martín. Sin embargo, nosotros señalamos los 19 y 32 como anónimos (atribuibles a Luis Martín) por respeto a las atribuciones del Cancionero. Que éstos no lleven indicación de autor parece deberse a olvido” [7]. José Lara Garrido le corrige y, con buen tino, informa: “Aunque en ninguna de las dos copias” (I. de Toledo y Godoy reproduce dicho texto dos veces en su manuscrito) “lleva indicación de autor, el encontrarse en una serie de sonetos de Luis Martín en ambos casos, con las indicaciones en precedentes y posteriores “del mismo”, aseguran igual autoría para éste” [8]. Pues bien, ahora con el hallazgo de la obra de Juan de Aguilar, en cuyos preliminares se publica el soneto en cuestión con la advertencia y dedicatoria “El licenciado Luis Martin de la / Plaça al Autor.”, desaparece todo rastro de duda.
[1] Panegírico sobre la traslación y milagros de la Santísima Virgen de Monteagudo.
[2] Málaga, Juan René, 1609. Esta obra estaba en paradero desconocido. Bibliógrafos de la fama de Nicolás Antonio, Rafael Ramírez de Arellano, Francisco Rodríguez Marín, etc., dieron noticia de su existencia. Noticia de la que se han venido haciendo eco todos los investigadores posteriores que se han acercado a estudiar el tema. Pero ninguno ofrecía datos concretos sobre su localización ni han averiguado su devenir. El único que informó con algún pormenor más fue el académico Rodríguez Marín, quien nos recuerda en 1907 que él la había visto y copiado con esmero en la rica biblioteca del Duque de T´Serclaes. Sin embargo, ni en la biblioteca de este noble se halló ningún ejemplar, ni nadie dio con la supuesta copia. Hoy, casi cuatro siglos después de publicarse, podemos indicar, gracias al papel determinante del poeta Mariano Roldán, quien ha sido el primero en descubrirla, y a nuestra labor investigadora que dio con una copia digitalizada de la misma, que un ejemplar de dicha obra se custodia en la biblioteca universitaria de Sevilla.
[3] Para más información, vid. Cancionero Antequerano, recogido por los años de 1627 y 1628 por Ignacio
de Toledo y Godoy, publicado por Dámaso Alonso y Rafael Ferreres, CSIC, Instituto Miguel de Cervantes, Madrid, 1950, p. 19; Cancionero Antequerano I, Variedad de Sonetos, edición, introducción y notas de José Lara Garrido, Clásicos Malagueños, Cancioneros del Siglo de Oro, Diputación Provincial de Málaga, 1988, pp. 71 y 279; Luis Martín de la Plaza, Poesías Completas, edición de Jesús M. Morata, Clásicos Malagueños, Diputación Provincial de Málaga, 1995; y POESÍAS COMPLETAS DE LUIS MARTÍN DE LA PLAZA (1577-1625), edición y notas de Jesús Mª Morata [revisada en 2008].
[4] Vid. “La poesía de senectud de Juan Bautista de Mesa”, Lemir 12 (2008), pp. 235-254. (Entiéndase “La poesía de senectud” no en el sentido de poesía creada en esta etapa de la vida por oposición a otro momento creador anterior a ella, por ejemplo, en la juventud, sino en el significado de que la única poesía conocida hoy de este autor es la que escribió en los últimos años de su vida.)
[5] Pero dicha declaración no casa totalmente con lo que afirma posteriormente el autor. Me refiero a cuando escribe: “Sabemos [...] que concurrió con sus versos a certámenes como el de Córdoba (1615) por la beatificación de Santa Teresa y el de Sevilla (1616) por la beatificación de San Ignacio, y que poemas suyos sueltos figuran en obras extensas (sic) de la época” (2008:238). Si esto es así, y parece que lo es porque la Relacion Brebe / de las Fiestas qve en la civdad de / Cordoua se celebraron a la Beatificacion de la gloriosa Patriar-/ ca Santa Teresa de Iesvs..., Cordoua, 1615, contiene dos sonetos suyos, los que comienzan, respectivamente, con Cual águila que al sol remonta el vuelo y No con mayor firmeza sosegado, habría que aumentar el corpus poético del autor. Esta labor, sin embargo, no es por el momento de nuestra incumbencia.
[6] Cancionero Antequerano…, op. cit., p. 19.
[7] Ibíd., p. 18. Pero lo más sorprendente es que en la parte de “Notas biográficas”, al referirse a la obra poética de Martín de la Plaza, escribe: “Se encuentran poemas suyos en las siguientes obras: Un soneto en el opúsculo de la Virgen de Monteagudo, de Juan de Aguilar” (p. 480). Si no hubiera hablado de oídas, o no se hubiera dejado llevar por fuentes poco fidedignas, habría visto que el soneto sobre el que tiene dudas es el mismo que figura en la obra de Juan de Aguilar.
[8] Cancionero Antequerano I, Variedad de Sonetos, op. cit., pp. 71 y 279.
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