mayo de 2010
número 3El tráfico ilegal de armas está convirtiéndose en uno de los negocios más rentables a nivel mundial.
Pablo Asensio, Elena Corraliza, Eva Cruces, Alba Guillén, Casrlos Huedo y Rosa López
Alumnos 2º ESO D
En muchas ocasiones, algunos estados participan en ese negocio, ya sea comprando o vendiendo; en ocasiones, esta situación tiene que ver con ventas de armas que no respetan embargos que se han impuesto a naciones.
La cantidad de armas ligeras por el mundo es cada vez mayor. Si bien existen normativas nacionales e internacionales sobre armas y municiones, que constituyen el marco jurídico del control de las mismas, gran parte de las autoridades involucradas en ese control desconocen la legislación existente, en especial los compromisos de carácter regional.
El conocimiento del tráfico ilíctico de armas en zonas fronterizas representa una posibilidad de abrir espacios de sensibilización, pero sobre todo de generar iniciativas que permitan hacer eficaces las acciones del estado contra este problema.
La violencia atribuible al uso de armas de fuego tiene una dinámica estrechamente relacionada con el conflicto armado y la delincuencia organizada, lo cual hace que esta violencia no sea indiscriminada y por tanto no amenaza a la seguridad de toda la población en general, sino que por el contrario, sea una violencia especializada y con móviles altamente definidos.
El tráfico ilegal de armas en Colombia no es tan grande como podría suponerse, sino que, por el contrario, se caracteriza por tener una actividad constante pero de pequeño volumen. El tráfico ilegal de gran volumen se está reemplazando de alguna manera por el reciclaje interno y el uso eficiente de las armas en el territorio nacional.
A pesar de representar una parte poco significativa de tamaño total del comercio mundial de armamentos, su bajo coste las pone al alcance de una gran cantidad de personas, lo que provoca que quedan ser usadas en guerras civiles y conflictos étnicos, o también para fines ilícitos y criminales aumentando la inseguridad de las ciudades, provocando el rearme de toda la plaza de bandas, grupos paramilitares, mafias, clanes y guerrilla.
Las muertes violentas provocadas por armas de fuego muestran un crecimiento alármate que refleja la facilidad de su obtención y las debilidades de los estados para establecer controles de las mismas.
Las organizaciones ilegales se convierten en destinarios potenciales de un mercado ilícito de armas que se entienden por la zona, y que logran movilizar enormes recursos.
El tráfico ilegal de armas en la mayor parte de las ocasiones está asociado a tráfico de drogas y personas.
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