mayo de 2010
número 3
Equipo de Redacción
OTOÑO
Los transeúntes visten con camisay jersey a la cintura. Camisetasse ven pocas. Abundan las muchachascon pañuelo, y los chicos con bufandase van dejando ver. Para iniciar el cursoregresan los amigos de sus viajesy vuelve a ser posible, y toma cuerpo,quedar para un café a eso de las cuatro.-Aunque chispee, nadie queda en casa-.Las citas son a gusto y la promesadel invierno hace leves a los tediosos vientos.El paso del estío nos libera,salimos del letargo. –Si lo quieren,otorguémosle un poco de la melancolíaque algunos le suponen-. Los edificios muestranun tono más parduzco, nos parecen más recios.Tienen húmedas hojas adheridas a piede puertas y cristales. Nos miran con legañas,con ojos amarillos. Más allá de sus copasla Sierra reverdece, pues renace con fuerzala vida en el Otoño. Resopla la ciudad: casi huele a hierba mojada, pero no llega a tanto.
De La costa de los sueños, 1998.
LAS CALLES
Amanece.Las madres con sus hijos, camino de la escuela,esbozan la sonrisa que quisieran que fuesepara el resto del día. Alguno que sonríecree que te conoce. Como si no existieras,un fulgor meridiano te sorprende desnudoa la hora del almuerzo en la calle desierta.No llegarás a casa aún, hasta la noche.Sensibles a la luz, el guiño iluminadode los escaparates del día que ya muerepretende que te quedes a su lado.Recibes algo de calor, te dices.La lluvia, ya de noche, hace acto de presencia-los astros por el suelo, en un charco la luna-,roza alguien a tu lado, te mira con sus ojos.Y no es ella.
De La costa de los sueños, 1998.
EL ECLIPSE (13-X-96)
Apenas he iniciado la escrituradel poema y en la sala ya se sientenlos efectos curiosos del eclipse.Parece ser, así me han dicho amigosmíos, que en situaciones talescomo ésta, la luna se interponede manera parcial entre la tierray en un sol que se me antojaun tanto indiferente. Sus efectos,decía, yo los notoen todo cuanto afecta a la escritura.De un lado disminuye lentamentela luz que es necesariapara desarrollaresta tarea, mientrasque por otro, este ocaso anticipadoes fértil en ideas que guardan relacióncon el tema funesto de la muerte.Posibilita, al fin, en esta página-y con su venia-, un puenteque vaya más allá de las metáforas,de los eclipses,y de la muerte.
De La costa de los sueños, 1998.
AMANECE EN EL BOSQUE
Me acerco a la puerta. El aire es fríocomo el lienzo de una cama vacíay, aún conmocionado, lo acojo quedamente.Hay pájaros cantando que, invisibles,reclaman la atención hacia las hojasque el bosque solicita. A ras de suelolo roza una neblina sin raíces.Procuro no pensar. Quisiera devolverlela familiar mirada con que el bosque nos mira.Atento a lo contiguo, observo -me demoro-la neblina inconsciente.
De la antología La lógica de Orfeo [1].
NUEVA FORMULACIÓN DE LA DISTANCIA
Para ti las corté por la mañana.Las rosas que descansan en el vasoquisiera que en tu cama reposaran.Las rosas que corté,puede que en vano.
De Luces dentro del bosque, 2000.
DIARIO
La sensación que llega sola,sin esfuerzo.La pazde las tribulaciones.El hálito que enhebrala calma de este cieloen la pupila claraque no puede durar.Alma perecedera,que fluye sola, sin esfuerzo.
De la antología La lógica de Orfeo.
LLUVIA DE CONTACTO
Tras ponerme de pie.he mirado el sofá,las paredes,el techo. Luego me he desplazadopor el espacio resultante.Mientras pelaba una mandariname he situado en mi edad,sacudiendo la cabezacomo quien sacude un fósforoque se niega a apagarse.Al volver a sentarmehe perdido una idea.Pero no su rastro.
Poema inédito en Internet, cedido por Juan Antonio Bernier para
www.poetasandaluces.com
[1] VILLENA, Luis Antonio de:La lógica de Orfeo. Visor Libros, Madrid, 2003
ISSN: 1988-9607 | Redacción | www.iesseneca.net |