SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


mayo de 2010

número 3
ISSN: 1988-9607
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Antología de Juan Antonio Bernier

Equipo de Redacción

Juan Antonio Bernier

Para conocer al autor

OTOÑO

Los transeúntes visten con camisa
y jersey a la cintura. Camisetas
se ven pocas. Abundan las muchachas
con pañuelo, y los chicos con bufanda
se van dejando ver. Para iniciar el curso
regresan los amigos de sus viajes
y vuelve a ser posible, y toma cuerpo,
quedar para un café a eso de las cuatro.
-Aunque chispee, nadie queda en casa-.
Las citas son a gusto y la promesa
del invierno hace leves a los tediosos vientos.
El paso del estío nos libera,
salimos del letargo. –Si lo quieren,
otorguémosle un poco de la melancolía
que algunos le suponen-. Los edificios muestran
un tono más parduzco, nos parecen más recios.
Tienen húmedas hojas adheridas a pie
de puertas y cristales. Nos miran con legañas,
con ojos amarillos. Más allá de sus copas
la Sierra reverdece, pues renace con fuerza
la vida en el Otoño. Resopla la ciudad:
casi huele a hierba mojada, pero no llega a tanto.

De La costa de los sueños, 1998.

LAS CALLES

Amanece.
Las madres con sus hijos, camino de la escuela,
esbozan la sonrisa que quisieran que fuese
para el resto del día. Alguno que sonríe
 
cree que te conoce. Como si no existieras,
un fulgor meridiano te sorprende desnudo
a la hora del almuerzo en la calle desierta.
No llegarás a casa aún, hasta la noche.
 
Sensibles a la luz, el guiño iluminado
de los escaparates del día que ya muere
pretende que te quedes a su lado.
Recibes algo de calor, te dices.
 
La lluvia, ya de noche, hace acto de presencia
-los astros por el suelo, en un charco la luna-,
roza alguien a tu lado, te mira con sus ojos.
Y no es ella.

De La costa de los sueños, 1998.

EL ECLIPSE (13-X-96)

Apenas he iniciado la escritura
del poema y en la sala ya se sienten
los efectos curiosos del eclipse.
Parece ser, así me han dicho amigos
míos, que en situaciones tales
como ésta, la luna se interpone
de manera parcial entre la tierra
y en un sol que se me antoja
un tanto indiferente. Sus efectos,
decía, yo los noto
en todo cuanto afecta a la escritura.
De un lado disminuye lentamente
la luz que es necesaria
para desarrollar
esta tarea, mientras
que por otro, este ocaso anticipado
es fértil en ideas que guardan relación
con el tema funesto de la muerte.
Posibilita, al fin, en esta página
-y con su venia-, un puente
que vaya más allá de las metáforas,
de los eclipses,
y de la muerte.

De La costa de los sueños, 1998.

AMANECE EN EL BOSQUE

Me acerco a la puerta. El aire es frío
como el lienzo de una cama vacía
y, aún conmocionado, lo acojo quedamente.
 
Hay pájaros cantando que, invisibles,
reclaman la atención hacia las hojas
que el bosque solicita. A ras de suelo
lo roza una neblina sin raíces.
 
Procuro no pensar. Quisiera devolverle
la familiar mirada con que el bosque nos mira.
 
Atento a lo contiguo, observo -me demoro-
la neblina inconsciente.

De la antología La lógica de Orfeo [1].

NUEVA FORMULACIÓN DE LA DISTANCIA

Para ti las corté por la mañana.
Las rosas que descansan en el vaso
quisiera que en tu cama reposaran.
Las rosas que corté,puede que en vano.

De Luces dentro del bosque, 2000.

DIARIO

La sensación que llega sola,
sin esfuerzo.
 
La paz
de las tribulaciones.
 
El hálito que enhebra
la calma de este cielo
en la pupila clara
que no puede durar.
 
Alma perecedera,
que fluye sola, sin esfuerzo.

De la antología La lógica de Orfeo.

LLUVIA DE CONTACTO

Tras ponerme de pie.
he mirado el sofá,las paredes,
el techo. Luego me he desplazado
por el espacio resultante.
Mientras pelaba una mandarina
me he situado en mi edad,
sacudiendo la cabeza
como quien sacude un fósforo
que se niega a apagarse.
Al volver a sentarme
he perdido una idea.
Pero no su rastro.

Poema inédito en Internet, cedido por Juan Antonio Bernier para
www.poetasandaluces.com

[1VILLENA, Luis Antonio de:La lógica de Orfeo. Visor Libros, Madrid, 2003


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