mayo de 2010
número 3
Gema Rodas Cuevas
Alumna 2º ESO B
En su trono se erguía ella,
siempre fría y serena,
siempre llena de odio,
siempre aquella damisela.
No consentía rival,
en todo la mejor quería ser.
Trágico final para todo aquel,
que a la fría damisela atreviose a desobedecer.
Nadie osaba hacerle frente,
loco estaría quien lo hiciera,
pues con solo pensarlo
lo mandarían a la hoguera.
Sin embargo, la damisela era humana,
y también envidia tenía
de una simple muchacha
contra la que sabía que perdería.
El juego era simple y común:
la escritura mas hermosa ganaba,
pero por más que quisiera la damisela
nada se podía hacer contra esa muchacha.
Todo el mundo en secreto aclamaba
los versos y estrofas de la doncella,
dando ya su veredicto,
quedando atrás la damisela.
La joven tímida se alzaba,
Y la damisela abochornada,
pues sabía que para siempre
había sido destronada.
El dilema hubiera sido simple
y la damisela hubiera acabado mejor
si de primeras hubiera aceptado
que había alguien mejor.
Pero así lo quiso ella
y sola escribió su final:
olvidada por todos
por no dejar atrás la vanidad.
ISSN: 1988-9607 | Redacción | www.iesseneca.net |