junio de 2018
Número 6
La autora hace una reflexión sobre el artículo "La dictadura de los likes" ver artículo, en relación con la construcción de la identidad en nuestros días.
Siglo XXI: Odiamos que la gente se meta en nuestra vida privada pero vendemos nuestra intimidad como un sandwich de pavo sin calorías.
Soy partidaria de que parte de nuestra identidad se encuentra en lo que los demás ven de nosotros. Es decir, nuestra persona no sólo consiste en cómo nos describimos a nosotros mismos, sino también, en quiénes somos para el resto, o más bien, quiénes queremos ser. Pero se nos está yendo de las manos.
Ahora lo que los demás ven de nosotros es un participante más de un concurso que tiene como objeto parecerse a tal “influencer” para ser hipotéticamente más querido por el resto. Y es triste, muy triste. Es triste porque ya no existe un “nosotros” fraccionado en personas con gustos, aficiones y creencias distintas y personales. Ahora existe un “nosotros” pautado por las normas no escritas de un “influencer”. Y digo “nosotros” porque yo me incluyo en él.
Además, considero que somos un poco estúpidos al mal usar el concepto de “influencer”. Quiero decir, admiro a las personas que tienen un contenido útil e innovador que ofrecer al público ya sea moda, música, fotografía, etc. Admiro el hecho de que se expongan ante tantísima gente únicamente por y para llegar a cada persona con lo que de verdad aman hacer. Eso sí que es una buena influencia, muestra de una fuerte personalidad. Ahora bien, el problema está en que hay mucha gente que se mete en ese mundillo por dinero y que realmente, no tienen nada que ofrecer. Lo peor es que aún siendo conscientes de ello, los seguimos como polillas a la luz. Viéndolo así no somos tan listos como pensamos, ¿no?
Por otro lado, las redes sociales están creciendo pero perdiendo muchísimo valor; ¡Qué triste que mi foto sólo tenga 100 likes!, ¡Qué pringado, sólo tiene 100 seguidores!, etc.
Chicos, tenemos que parar. Estamos creando semejante odio por el mal uso de plataformas con tantísimo potencial, estamos perdiendo el sentido de nuestra identidad personal.
Somos todos personas maravillosas y no tenemos que estar mostrándolo constantemente. Sin embargo, parece que si no lo publicas, no es cierto, y es más bien lo contrario. Pues yo me he montado en globo y no he subido ninguna foto, ¿me creéis?
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