febrero de 2012
número 4
Varios alumnos y alumnas
Distintos niveles de ESO y Bachillerato.
[*"La vida en la ciudad"
[*Variación del poema “La vida es como un bosque”*]
Ana Castro Valero*]
La vida es como esa ciudad a la que nunca llego a mudarme.Entro en ella con billete de vuelta abiertatras pasar los controles de seguridaden la puerta de Salidas.Mis ojos, desencajados, advierten que algo oscuroparecido al dolor ha quedado atrapadoen mi caja torácica.Tan sólo podría salvarme en un lugaren el que la primera persona del singular no existiera.Pero la vida pasa en esa ciudad a la que nunca llego a mudarme.Yo viajo en transporte público.Paso delante del edificio Chrysler y de una farmacia.Reciclo. Busco bajo las baldosas el sentido de algo.Lo escondo bajo mis uñas.Hay unos labios pintados, que son los míos,que buscan unas manos entre cafeterías y parquesa finales de marzo. En octubre tiemblo.La ciudad está llena de sombras que comen pipas.Yo voy siempre distraída. Me chococon ellas. Nos ignoramos,porque en esta ciudad somos de hormigón y azufrey las manos se quedan frías,las pupilas frías.Decir ‘buenos días’ sería como tratar de abrir con la narizcajas fuertes.Odio nuestros cuerpos con ojeras,cuando parece que se quedan sin sangre,y actúan a cámara lentaen un bar en silencio.Ya sólo nos abrazamos a través de la letra de algunas cancionessi tu mano izquierda roza mi ojo derecho.En esta ciudad en la que no consigo llegar a vivir, suenael pitido de los semáforos para ciegos,que nos advierte que los edificios se vuelven viejos.Antes de encerrarnos en los sanatorios,aún queda un momento para ver los recuerdos por la teleen orden cronológico inverso y continuar, entrepasos de nivel y trasbordos,con los ojos disecados.Los días en que soy capaz de llegar a esa ciudad quees la ciudad en la que siempre me imagino,se hace otoño.Pienso en bailar, mientras aún mis labios estén rojos.Los ojos huecos. La anatomía de esta ciudadno es más que mi sistema circulatorio de hierro y arteriascon prisas. Obstruido.Podría colocar cargas explosivas alrededor de todos mis hogaresy hacer que vuelen. Saltar, derribarnos.Pero queda el grito hecho columna.Gritar. Gritar. Que la lluvia de ventanasme destroce las amígdalas.Lejos, aún suena algo de música indie.Mamá me dijo que la vida era como un bosque.En la ciudad, un viento rojo mueve las pestañas.
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PALABRAS DE PRESENTACIÓN Felipe Muriel Durán |
SALAMANDRA DE ORO |
ISSN: 1988-9607 | Redacción | www.iesseneca.net |