mayo de 2007
número 0El texto fue leído en el acto inaugural por Mª José Martín. Presente, pasado y futuro se acercan en este momento: la última carrera para los alumnos de segundo de bachillerato.
Es seguro que el nombre de Séneca ha quedado impreso en la memoria de bastante gente. Habrá quien lo evoque como un célebre personaje de la Roma clásica, nacido en la Corduva, de la rama annea. Y habrá quien lo recuerde algún día como el sobrenombre que adoptó hace muchos años un instituto de Córdoba, como es el nuestro. Pero las remembranzas no acudirán, pasados los años, porque en él hayamos estudiado unas materias necesarias para nuestra formación humana y espiritual, sino, principalmente, por haber tenido unas vivencias que no se repetirán jamás, ni se borrarán nunca de nuestras mentes. En él, hemos aprendido caminos rectos y a desviarnos de los torcidos; en él, hemos conocido nuestro primer amor de adolescentes; en él, hemos entablado amistad, sellándola a veces hasta con nuestras lágrimas; en él, hemos descubierto la convivencia, el respeto y la tolerancia.
Para ejemplificar ese aprendizaje, traemos a nuestra consideración aquel viaje que realizamos el año pasado a Santiago. Aquella peregrinación a la tumba del Apóstol, a la que dimos cima después de una semana caminando por tierras gallegas, constituyó un motivo de unión entre todos los que íbamos por el mismo sendero: profesores, alumnos, personal sanitario, personal de apoyo, etc. Aquellas jornadas sirvieron para revestirnos de virtudes que cada día se van haciendo más raras en nuestra sociedad de consumo y hedonista, como son la paciencia, la perseverancia, el esfuerzo y el sacrificio. Estas virtudes, digo, eran licor suave que íbamos bebiendo cada tramo.
Por ello, como alumnos mayores que somos, os invitamos a vosotros, compañeros más pequeños, a que sepáis apreciar estos valores y aprehenderlos, para que un día, tal vez como el de hoy, seáis esa llama que arde en el instituto y comuniquéis, cuando pasen los seis años que todavía os esperan, a otros lo que vosotros habéis recibido.
Finalmente, no quisiera terminar esta pequeña alocución sin dar las gracias a todos los que estáis presentes en este acto, y os invito a que hagamos nuestro aquel eslogan de nuestra carrera de 2.007 minutos: ¡Adelante, Séneca! ¡Tú puedes!
NO ES SOLO UNA CARRERA Antonio Bravo Bueno |
UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE María Jiménez Pizarro |
EL DIRECTOR DE UNA ENORME ORQUESTA Mª Dolores Ansio |
LA CARRERA SÉNECA: EL PODER DE LA ILUSIÓN Eva Mª Redondo Écija |
MI PRIMERA CARRERA Javier Martínez Moreno |
LO QUE YO PENSÉ Ángel Ortiz González |
EL ESPÍRITU "OLÍMPICO" SE ADUEÑA DEL I.E.S. SÉNECA José Mª de la Torre |
ISSN: 1988-9607 | Redacción | www.iesseneca.net |