SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


febrero de 2012

número 4
ISSN: 1988-9607
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ENTREVISTA A PABLO GARCÍA BAENA

Transcripción del texto oral: Francisco Genis.
Coordinación: Mª Dolores Ansio.

Equipo de Redacción: Javier Martínez, Francisco Genis, Rafael Suanes, Martín R. López, Carlos Cerezo, Elena Lucena, Lola Sierra, José Antonio Ariza y Julia Cantón. Transcripción del texto oral:Fco. Genis.
Coordinación: Mª Dolores Ansio.

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Alberto Paniagua recita su poema.

- Luis Antonio de Villena ha definido a Cántico como "un grupo vitalista, estetizante y de amigos con querencias comunes en la hermosura de Córdoba", ¿le parece acertada esta definición?

- Totalmente de acuerdo. Luis Antonio es un conocedor magnífico de la obra de todos los poetas de Cántico y yo siempre he dicho que lo que más une a los poetas de Cántico, más que el lenguaje y todo, es el fondo, es el paisaje, es esa Córdoba que nos veía a diario en las calles, plazas, tabernas, iglesias… ese era el fondo de la poesía de Cántico. Hay un poeta, bueno ahora hay dos, que se desligan un poco, que son Vicente Núñez, el poeta de Aguilar íntimamente unido a Cántico en la última edición de la obra dirigida por Guillermo Carnero, que es un poeta anterior.

Por cierto, yo recuerdo haber venido a este instituto ya hace muchos años, no estabais ninguno, cuando él vino a dar una lectura aquí y es el poeta que se desliga un poco de la ciudad, porque es de Aguilar de la Frontera y hay un libro suyo que se llama Los días terrestres, en que el paisaje es casi únicamente de su pueblo. Yo pienso que cualquier pueblo puede servir, pero en el caso nuestro, como vivíamos en Córdoba, lo que nos unía era ese fondo de Córdoba.

En Ricardo Molina, aunque está en todos (el paisaje de Córdoba), se percibe especialmente en Las elegías de Sandua: la sierra de Córdoba, la Fuente del Elefante, la Fuente del Arco, Santa María de Trasierra… en fin, todo ese maravilloso escenario que tenemos allí a unos kilómetros.

Juan Bernier era un hombre de calle, un hombre de barrios, de suburbios, de madrugadas, de noches, totalmente distinto, pero eso también es Córdoba, sobre todo para él que amaba especialmente las obras de arte que pueden estar en cualquier iglesia, en cualquier torso desnudo de Roma, en el museo arqueológico, en cualquier plaza de Córdoba nos podemos encontrar un resto romano como la que hay en la Plaza Séneca.

Julio Aumente quizá es el que está menos ligado a la ciudad, era un hombre más internacional. Viajó mucho por Europa y por todo el mundo. Pero tiene unos cuantos poemas, bastantes, donde el fondo es Córdoba.


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